miércoles, 20 de mayo de 2009

"Las identidades son armas de doble filo"


El texto que me propuse analizar se corresponde con un escrito de Zygmunt Bauman, titulado "Las identidades son armas de doble filo"

El texto de Zygmunt Bauman ilustra a la perfección la relación que hoy existe entre gran parte de la población argentina y los inmigrantes (pero solo con aquellos que provenientes de Latinoamérica. El argentino revaloriza y abraza todo lo europeo). Observamos a diario como se margina a la población latinoamericana bajo un falso concepto de nacionalidad (consecuente con una falsa idea de “propiedad del territorio”), asociado a una significación un tanto distorsionada de identidad. Es, con respecto a esta idea , que Bauman afirma que se ha convertido en una idea que solo se esgrime en el contexto de un conflicto. Es un concepto que queriendo unir, divide y queriendo dividir, excluye. Resultando hoy una posible forma de opresión encubierta.
Asimismo el autor define lo que según él constituye la “elite global”. La representa mediante un grupo establecido solo en su movimiento a la espera de un nuevo aviso. Pero existe otro grupo, el de los “locales”, incapaces de ir, como dice Bauman, “donde el pasto es más verde”. Si lo intentan los detienen y los devuelven a la frontera mas cercana. Si consiguen pasar, su perspectiva es la del inmigrante ilegal.
El concepto y la definición que emplea son perfectamente contrastables con la realidad que hoy viven los inmigrantes, no solo en Argentina sino en el mundo todo.
Retomando el término de identidad, Bauman afirma que su búsqueda plantea una relación amor-odio, que surge producto de una dicotomía entre el ansia de pertenecer y el ansia de ser único; lo que se traduce en una tensión permanente. La relación amor-odio se ve como una derivación de la globalización. Este tipo de tensión se siente constantemente. El sociólogo polaco habla de una identidad colectiva que sufre esta bipolaridad. Ante un evento deportivo se erige el amor, la pasión, el exitismo, la unión y al terminar se retoma el camino individual y sus matices de odio hacia el otro.
Para contrarrestar la naturaleza negativa de nuestra unidad planetaria, Bauman propone “domesticarla” mediante una unidad positiva, la cual correspondería a establecer medidas tendientes a un derecho global, a una política global que formen una voluntad política global y un poder judicial global. El sociólogo también se encarga de caracterizar el estado en el que vivimos como un “estado de ansiedad permanente” producida por un “síndrome consumista”. Afirma que vivimos en una sociedad de consumidores y los bienes no satisfacen necesidades, sino que se piensan para despertar deseos. Es así como se cae en una especie de “circulo vicioso”, donde constantemente surgen deseos que nunca llegan a ser completamente satisfechos, alimentando asi el sistema perverso denominado capitalismo.

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