viernes, 22 de mayo de 2009

Globalización y Cultura

Se sobre entiende a la globalización como un fenómeno de apertura de las economías y las fronteras, pero que en realidad es un fenómeno complejo, y mientras que para algunos países es la mejor estructura para gobernar e “integrar” al mundo entero, para otros es una amenaza a la identidad nacional.

Para Canclini, en su texto Consumidores y Ciudadanos: conflictos multiculturales de la globalización, este fenómeno “supone una interacción funcional de actividades económicas y culturales dispersas, bienes y servicios generados por un sistema con muchos centros, en el que importa más la velocidad para recorrer el mundo que las posiciones geográficas desde las cuales se actúa.”

No es de extrañarse que se haya perdido la idea de “Nacionalismo”, las tradiciones propias de cada región, o hasta el significado de cada día patrio. Estas son secuelas que marcan la constate manipulación del fenómeno en que se vive en la actualidad.
Por otro lado, no hay que olvidar que la Globalización trae aparejado el hecho de abaratar los costos para reducir el personal, y aún así, poder competir en el mercado mundial con empresas “transnacionales”.

Hay que tener en cuenta que, desde antes de la globalización predominaban, lo que Canclini especifica como “las identidades modernas que eran territoriales y casi siempre monolinguísticas”; lo que significa que se formaron Naciones y que se las contrapuso las unas a las otras.

Con el avance de las sociedades esto dejó de ser así, para pasar a ser sociedades con “identidades postmodernas, transterritoriales y multilinguíticas”. Lo que da a entender que hubo una apertura mayor al comercio internacional, a la diversidad de culturas (y las mezclas de ellas), entre otras. Algunos ejemplos pueden ser la falta de compromiso, la velocidad con la que se vive cada día, etcétera.

Bauman en Amor líquido habla justamente de este fenómeno y como afecta en la relación entre las personas, y dice que “Desentrañar, registrar y entender esa extraña fragilidad de los vínculos humanos, el sentimiento de inseguridad que esa fragilidad inspira y los deseos conflictivos que ese sentimiento despierta, provocando el impulso de estrechar los lazos, pero manteniéndolos al mismo tiempo flojos para poder desanudarlos” es una manera de explicar la liviandad con la que la gente se ve obligada a convivir todos los días.

Esto es la globalización y, de este modo se presenta el nuevo orden mundial.


Por Jomena S. Soria

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