miércoles, 20 de mayo de 2009

Globalización

Actualmente el espacio se independiza del cuerpo, un ejemplo puede ser la aparición de las maquinarias en las fábricas, pero este “beneficio” que permite no estar sujetado al espacio ¿es para todos?
Como lo indica Bauman en el último cuarto de siglo se generó la guerra por el espacio. Esto se vincula a la inexistencia de los límites territoriales impuestos por la localidad o al fin de las distancias que hacen que el límite geofísico sea cada vez más difícil de sustentar en el “mundo real”.
Así mismo es necesario recordar que una nueva tecnología genera desigualdad porque no todos poseen la posibilidad de adquirirla, entonces se podría decir que están aquellos que usan las posibilidades y aquellos que las sufren.
La globalización genera dos visiones: los que poseen el control y el poder libre de ataduras y aquellos que quedan excluidos.
La distancia es un producto social ya que su magnitud varía en función de la velocidad empleada para superarla. Los indicadores de espacio y tiempo pierden importancia debido a la implosión del tiempo de las comunicaciones y la reducción del instante a cero; pero en realidad esto es así para quienes pueden acceder al espacio electrónico.
El movimiento de la información sufrió una aceleración. Esta disponible instantáneamente en todo el globo, aunque ¿todos tienen la posibilidad de poseer una computadora o de utilizarla para no quedar excluidos?
La creación del “ciberespacio”, lugar donde el yo es libre de las limitaciones de la encarnación física, es selectivo. Sirve por ejemplo para los empresarios que estando lejos de la estructura física de su oficina pueden solucionar los problemas desde una portátil, sin embargo para los operarios que trabajan en una fábrica no es útil al igual que para quienes ni siquiera alcanzan las necesidades básicas para vivir e informarse.
Bauman afirma que “La anulación tecnológica de las distancias de tiempo y espacio polariza la condición humana. Emancipa a ciertos humanos de las restricciones territoriales a la vez que despoja al territorio, donde otros permanecen confinados, de su valor y capacidad para otorgar identidad”.
Estar “cerca” o estar “lejos” representa significados opuestos. Según Bauman se llama cercano a aquello que resulta familiar, conocido mientras que lejos implica estar fuera de lo propio. Quienes están cerca no poseen problemas ya que todo se resuelve mediante los usos adquiridos sin dificultad alguna, por el contrario aquellos que están lejos deben tener lucidez y aprender normas extrañas de las que se puede prescindir en otra parte.

De esta forma el territorio urbano se convirtió en el campo de batalla de una guerra por el espacio, con comunidades globalizadas que tensionan a las que no lo están y obteniendo como resultado un territorio dentro de otro.

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