jueves, 9 de julio de 2009

Cultura del espectáculo

“Hoy, gracias a la televisión, al video y a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, el ciudadano tiene acceso en su propia casa a cualquier tipo de espectáculo, a cualquier hora del día y de la noche. La televisión fagocita toda clase de espectáculos, desde el cine o el teatro hasta los conciertos, los deportes, los toros o las variedades”.
El autor Ferres habla sobre la cultura del espectáculo; se refiere a la cultura popular, aquella que atrae o seduce mucho más a la mayor parte de ciudadanos.
Esto es posible gracias a los avances de la tecnología. Un ejemplo puede ser los realitys show que se emiten por la televisión. Atraen a la audiencia y de esta forma el programa armado forma parte de una nueva cultura que se contrapone a la cultura oficial.
Así mismo esto también permite que la sociedad se sienta participe del espectáculo, Ferres remarca que “la simple presencia de una cámara y de unos focos comporta que cualquier persona pueda acabar sintiéndose un actor, un interprete. Esto se puede ver cuando el espectador interactúa con los programas televisivos o cuando realiza filmaciones propias para mandarlas a los noticieros.
Por otra parte “todo ha de ser exhibido, convenientemente maquillado y vestido. Todo se torna virtual…”. El mundo de la imagen o los estereotipos predominan en esta nueva cultura; sin embargo ¿El sujeto se considera activo o pasivo? ¿Actúa de manera conciente o inconsciente? ¿El sujeto elije participar concientemente de la puesta en escena creada por el espectáculo?
La televisión privilegia los contenidos con un componente conflictivo y dinámico porque en realidad es lo que atrae al espectador, por lo que se podría decir que existe un contrato entre la televisión y el individuo, quien busca lo que quiere ver. Cuando el sujeto no obtiene lo que quiere o se aburre opta por hacer zapping.
Sin embargo “El zapping ha dejado de ser una actitud ante el televisor para convertirse en una actitud ante a la vida”.
En el mundo de la globalización el individuo intenta lograr una satisfacción mediante el consumo pero cuando esta satisfacción es lograda se genera una nueva insatisfacción para poder tener una nueva meta, es por esto que el sujeto se caracteriza por estar en constante cambio. Un ejemplo del zapping ante los hechos cotidianos es ir de bar en bar, trasladarse de aquí para allá.
La sociedad se encuentra en movimiento sin necesidad de moverse de la casa y se caracteriza por actuar de manera más o menos compulsiva.

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