jueves, 25 de junio de 2009

Un caso especial de identidad: El Diez


En estos apartados, hemos utilizado vastos conceptos en relación a la identidad. Propongo una síntesis de estos conceptos, para luego enfocarlos en un caso especial.

Según el autor, Stuart Hall, debemos reconceptualizar la identidad propuesta por el naturalismo, es decir, aquél que menciona “en términos de sentido común, la identificación construida sobre el reconocimiento de algún origen común o algunas características compartidas con otra persona o grupo, o con un ideal, y con una clausura natural de solidaridad y lealtad establecida sobre estas bases”. En oposición a esta antigua definición, “la aproximación discursiva ve a la identificación como una construcción, un proceso nunca completo-siempre en proceso-. No es determinada en el sentido de que puede ser siempre “ganada” o “perdida”, sostenida o abandonada.”

Hall agrega que el concepto de identidad desplegado en su artículo no es uno esencialista, sino uno estratégico y posicional.

“La noción de este texto acepta que las identidades nunca están unificadas y, en los tiempos modernos tardíos, crecientemente fragmentadas y fracturadas; nunca singulares sino múltiplemente construidas a través de diferentes discursos, prácticas y posiciones a menudo intersectadas y antagónicas. Están sujetas a una radical historización y a un proceso constante de cambio y transformación.”

Lo dicho aquí por el autor se puede conectar con la historia de un jugador argentino que hizo historia, que creó euforia en sus seguidores como para que ellos se identifiquen con él. Me refiero a Diego Armando Maradona. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/maradona.htm

En un recorrido por su bibliografía, se puede encontrar que la identificación de sus seguidores fluctuó, que la imagen del mejor futbolista argentino cambió por distintos hechos que ocurrieron en la vida del jugador como para seguir alentándolo.

La primera identificación: En 1984 firmó un contrato con el Nápoles por 1.300 millones de pesetas y en el que se comprometía a permanecer hasta 1989. Si bien en las dos primeras temporadas no logró el título de Liga, Maradona sí lo consiguió en la temporada 1986-87, en la cual el Nápoles también conquistó la Copa de Italia. Poco antes, en 1986, Maradona había obtenido el título mundial con la selección Argentina en el Campeonato del Mundo celebrado en México, donde demostró ser el mejor jugador desde Pelé o Cruyff.

La otra no identificación:
En febrero de 1991 Diego Armando Maradona fue acusado de estar relacionado con el tráfico de drogas y la prostitución; el 2 de abril de 1991, el Comité de Disciplina de la Federación Italiana de Fútbol le impuso una sanción cautelar para jugar por haberse confirmado en el contraanálisis su positivo por cocaína tras el partido Nápoles-Bari, fue suspendido por este comité; y el Comité de Apelaciones ratificó la sanción. Poco después fue detenido en Buenos Aires en una redada policial antidroga. El 28 de abril de 1992 quedó en libertad y tuvo que afrontar la acusación por suministro de droga a título gratuito y tenencia de droga.

En este sentido, no digo que la vida de Maradona se resume en dos hechos. Sino que quiero hacer foco en cómo las identidades con tal figura se han transformado. Es un claro ejemplo del concepto no esencialista.
Por Lorena Franco

No hay comentarios:

Publicar un comentario