jueves, 25 de junio de 2009

¿La Guerra y el deporte?

El conflicto bélico por la disputa de la soberanía de las Islas Malvinas que sucedió en el año 1982 entre Argentina y Gran Bretaña será recordado en nuestro país como una de las heridas más dolorosas de nuestra historia. La cantidad de jóvenes inexpertos e inocentes que dejaron su vida en el archipiélago defendiendo a nuestra nación en una guerra innecesaria y absurda que solo dejo dolor, nunca será olvidado. Pero la guerra dejo varias aristas de relación con varios aspectos de la vida de nuestro país, una de ellas es con el deporte, aunque parezcan dos aspectos bastante antagonistas. ¿El suceso del año ’82 repercutió en el deporte? ¿Se busco una utilización del mismo para provocar una sensación de extremo patriotismo? ¿Este hecho cambio la vida de los deportistas?
El comienzo de la guerra se dio en las vísperas del inicio del Campeonato Mundial de Fútbol que se desarrollaría en España, en el cual la selección Argentina debía defender el titulo obtenido cuatro años antes en el mismo certamen, desarrollado en nuestro país bajo el mismo gobierno militar. Osvaldo Ardiles y Julio Ricardo Villa jugaban en un conjunto ingles ese año, el Tottenham precisamente, el tres de Abril (día posterior al desembarco de las tropas de nuestro país en el archipiélago) ambos disputaron un encuentro de liga, en el que la hinchada del equipo rival los silbaba y cada vez que agarraban la pelota les gritaban “England” a lo que los simpatizantes de su propio equipo replicaban con “Argentina, Argentina”. El cinco de Abril de ese año, Ardiles llego al país para quedar concentrado con el seleccionado y allí confeso al diario Clarín “No se si volveré a jugar otra vez en Inglaterra”, una vez finalizado el Mundial regreso al país británico sin problemas.
Los medios que dedicaban sus páginas a relatar hechos deportivos no quedaron al margen del conflicto. La reconocida revista “Goles” unos meses antes giro su línea editorial y los principales editores fueron reemplazados por periodistas vinculados a los sectores militares, y desde sus páginas se relataba sobre la “Gesta de Malvinas”. “El Grafico”, dono en aquel entonces, mil ejemplares para quienes estaban en las islas, además un partido de nuestra selección frente a Unión Soviética fue transmitido por Radio Argentina en directo para las Malvinas.
El mismo Viernes en que soldados desembarcaban, comenzó a disputarse el torneo local de fútbol y en ese fin de semana se jugo con total normalidad la Primera División y las categorías de ascenso, pero el día 13 de Abril, el comité ejecutivo de la AFA decidió cambiar el nombre del torneo y llamarlo “Metropolitano ’82 Malvinas Argentinas”, y una semana después lo modifico por “Soberanía Argentina en las Islas Malvinas”.
Mientras la guerra se cobraba victimas y se enfilaba hacia el fracaso, la selección nacional de fútbol perdía en su debut en el Mundial de ese año por 1 a 0 frente a Bélgica, al día siguiente se anuncio la rendición del ejército argentino en las Islas. En aquel entonces se especulaba con un enfrentamiento en dicho certamen entre las selecciones de Argentina e Inglaterra, hecho que no ocurrió en ese año sino cuatro después, en México donde el triunfo por 2 a 1 de nuestro combinado y los goles de Diego Maradona fueron festejados como una especie de “revancha” de lo sucedido en Malvinas, en una rara mezcla de “patria y pelota”.
Hubo jugadores profesionales de fútbol de nuestro país que estuvieron combatiendo en el archipiélago, Osvaldo De Felipe fue uno de ellos, quien debuto en la primera del club Huracán un año después de la guerra y este aseguro “Uno recuerda la incertidumbre por lo que iba a vivir allá. A esa edad éramos un poco inconscientes. Pero cuando regresamos, moralmente estábamos destruidos”. Gustavo De Luca, jugador de la reserva de River en ese entonces dijo “Cuando me dijeron que iba a Comodoro Rivadavia y que me presentara en El Palomar en 24 horas presagie algo” y cerro diciendo “Fue chocante cuando me junte con mis ex compañeros después de 17 años. Allí decidí alejarme de todo eso y no pensar mas en la guerra”. Luis Escobedo jugo en Colon y Vélez entre otros, también estuvo en la guerra, en la fecha siguiente al desembarco le habían avisado que debutaría en Primera División, “Había terminado de jugar para Los Andes un partido previo a lo que iba a ser mi debut en Primera, y me entere que tenia que ir a las Islas. Me presente y al día siguiente ya estaba allá. No pude ni avisarles a mis viejos. Hoy todavía odio mas a los militares que a los ingleses” asegura el ex defensor.
En el aspecto deportivo, la Guerra de Malvinas fue un antes y un después en varias personas, a las cuales les cambio la vida por completo en mayor o menor cantidad. Deportistas que tuvieron que ir a combatir en una guerra absurda que dejo un saldo muy doloroso de chicos fallecidos, otros a los cuales modifico su labor (como los casos de Ardiles y Villa) en sus clubes u otros que fueron cuestionados por continuar participando en certámenes internacionales cuando jóvenes inexpertos dejaban la vida en Malvinas.
Esta obsesión del gobierno militar de mezclar el deporte, especialmente el fútbol, con el patriotismo o usarlo como distracción de diferentes hechos o aberraciones que cometieron comenzó con el Mundial de 1978 y siguió con los juveniles de 1979 y con el Mundial de España de 1982.
Hall afirma lo siguiente: “A lo largo de sus carreras, las identidades pueden funcionar como puntos de identificación y enlace solo debido a su capacidad de excluir, dejar fuera, degradar. Cada identidad tiene en su margen, un exceso, algo de más. La unidad, la homogeneidad interna que el termino identidad tiene como fundacional no es natural, sino una forma construida de clausura...”
Esta arista del deporte, de tantas, que podemos tomar de este conflicto histórico, con testimonios y vivencias personales, es donde podemos ver un ejemplo de formar una identidad de país unido, en el que todos tenían los mismo pensamientos, que estaban de acuerdo con este emprendimiento bélico, defendiendo los intereses y todo lo que rodea a nuestra nación, cuando estaba claro que era totalmente lo contrario.
La guerra y el deporte son dos conceptos muy alejados uno del otro, a pesar de que algunos gobiernos en nuestro pais se han empeñado en unirlos se debe recordar que el deporte es una gesta relacionada con la alegría y con la felicidad de competir sanamente, y que bajo ningún concepto en un evento deportivo se va la vida, y mas importante aun, ningún evento deportivo es una guerra.

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